Videoconferencia: Primeros años, creciendo juntos / Los límites

¿Qué son los límites?, ¿se deben poner límites a los niños? ¿Por qué? ¿Cuál es su finalidad? ¿Cuál es la manera correcta de hacerlo? ¿Hay una manera correcta? Como estudiante y futura docente del nivel inicial varias veces me he topado con situaciones en donde no he encontrado la respuesta a estos interrogantes que se han planteado anteriormente pero que es muy importante saberlos ya que trabajamos y estamos constantemente con niños, que se encuentran en pleno desarrollo y crecimiento con todo lo que esto implica (desarrollo motriz, social, psicológico, emocional, mental, etc.) 


En el documental “Primeros años, creciendo juntos, los chicos y los límites” trata esta problemática en los diferentes jardines y en las familias, nos dan una mirada a la infancia y nos explica de qué se trata todo esto, como son los recursos que cada uno utiliza, cual es la clave para afrontarlo y con ayuda de especialistas podemos comenzar a esclarecer este tema dándonos herramientas para ponernos a trabajar.

Los límites:

Todos los seres humanos que viven en sociedad necesitan límites, normas, pautas de convivencia porque estamos conviviendo con otras personas que son iguales que nosotros pero a la vez distintos. Esto significa que debemos respetarnos, porque tiene los mismos derechos que todos nosotros. 
Si los adultos necesitamos límites para poder pertenecer a una sociedad, que nos hace pensar que los niños no lo necesitan? Ellos lo necesitan más que a nadie, necesitan que le marquemos lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede hacer y lo que no. Se están formando, desarrollando, comenzando a vincularse con el otro. 
Los niños por naturaleza son curiosos, exploradores, activos, investigadores, impulsivos, necesitan estar en contacto con el medio que los rodea, necesitan descubrir todo aquello que esté a su alcance y todo lo que no. Los adultos son los que tienen que permitir que los niños puedan tener acceso a todas estos espacios/herramientas para ampliar su campo de conocimiento. Pero no todo lo que explora es conveniente para ellos, ya que muchas de ellas no son aptas para su edad. El niño insiste en obtenerlo y es ahí cuando el adulto debe recurrir a los límites.
El límite lo tiene que marcar el adulto, es él quien los establece y los hace respetar, el adulto tiene que saber ponerlo, tiene que aprender ya que depende de ellos que los niños aprendan a respetarlos.

¿Cómo poner límites?
Voy a hacer un breve punteo con lo que creo importante para que los adultos tengan en cuenta a la hora de hacerlo: 
  • · El adulto no tiene que enojarse con los niños, tiene que comunicarse con ellos decirles en que se están equivocando.
  • · Explicar por qué no se puede hacer lo que el niño quiere
  • · En vez de decirle lo que NO se puede hacer hay que decirle lo que SI se puede hacer, los niños escuchan más cuando se le marcan límites de una manera más positiva
  • · Hablar en voz baja, de forma clara y esperar a que se le pase el berrinche
  • · Marcar límites y sostenerlos
  • · No atacar su autoestima “no le pegues porque le duele” en vez de decirle no seas malo.
La palabra NO, es muy frecuente a la hora de poner límites, el adulto la utiliza para que el niño haga caso y deje de hacer lo que “está mal”. Es una palabra negativa, no dice nada, no explica, por eso muchas veces los niños no entienden por qué eso NO. Los niños necesitan que les hablen, que les cuenten, que se comuniquen con ellos, muchas veces los adultos pensamos que ellos no van a entender lo que se les dice, pero estamos tan confundidos! ellos saben mucho más de lo que creemos, pero no tienen la capacidad de comunicarse con nosotros para hacernos notar que lo entienden.
Es muy difícil poner límites y por sobre todo sostenerlos, hace un par de años me tocó auxiliar una sala de dos años, allí veía que estaba constantemente marcando límites, me tenía agotada, no sabía qué hacer. Hoy, ya pasado un tiempo en donde veo un poco con más claridad puedo notar aquellas fallas de las que no estaba atenta. Por ejemplo los límites que yo ponía eran constantemente decir que no, no decía porque eso no se podía hacer, no charlaba, no me comunicaba, no me acercaba a ellos para ver qué era lo que les sucedía realmente. Me doy cuenta que me faltaba recorrido, me faltaba prácticas, hoy lo veo de otra manera, empleo conocimientos y herramientas que utilizo día a día en mi tarea como docente. 

Para finalizar quiero destacar el rol del docente y las familias para la crianza y educación de los niños en periodo de escolarización. Es un trabajo en conjunto, un trabajo que nos une, se forman puentes de enseñanza. Ambas deben tener el objetivo de poder formar niños alegres, curiosos y respetuosos. Los límites forman parte de la enseñanza, por eso ¿Cuál es la clave para poner límites? La clave es que hay que acompañar, sostener, calmar a los niños con caricias, con la voz, con la presencia y con mucho amor.

Fuente: http://encuentro.gob.ar/programas/serie/8206/5794

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