10° Encuentro Internacional de Educación Infantil de OMEP

Día 2


Panel 1: “Familia y escuela infantil, claves para educar juntos”


Isabelino Siede (Argentina) –Licenciado en Cs. de la Educación.
Laura Santillán (Argentina) –Dra. enAntropología Social y Licenciada en Cs. Antropológicas.
Coordina: Laura Pitluk


Claves para educar juntos, para repensar en pos de los niños y de ofrecerles propuestas, articulaciones, continuidades, aceptar las rupturas y pensar un mundo mejor.

La educación infantil y los vínculos con las familias y el entorno próximo: desafíos para el acto de educar hoy” (Laura Santillán)
La expositora contó que en esta ponencia procuraba movilizarnos y movernos en relación a cómo venimos trabajando y pensando. Sostuvo que esta temática es un terreno que se toca en numerosas situaciones y áreas, y que, si bien atraviesa a los distintos niveles del sistema, nos abocaríamos al Nivel Inicial.
El trabajo con los niños y las niñas abarca dimensiones y aristas de las cuales, en ocasiones, sabemos poco, o sabemos lo que podemos porque nos excede. Hablamos específicamente del grupo de pertenencia, la vida íntima de los niños.Tenemos que partir del vínculo familias-escuelas como relaciones epocables. En la actualidad esa alianza tiene algunos desencuentros y se rompió; estamos en un escenario de profundísimas transformaciones de las familias, así como en las instituciones en las que trabajamos. Nos movemos en un terreno de transformabilidad, de muchos cambios.

Tensión entre lo que se renueva, y lo que perdura; el campo de la variabilidad y las premisas o afirmaciones que se afianzan, en este terreno, explica la ponente,va a encarar esta conversación.
Una primera aclaración que nos debemos hacer es esto del “entorno inmediato de los niños o entorno natural”. Es imposible pensarlo desvinculado a las familias de los niños. Las familias son otras, han cambiado y son muy diversas en su composición. A pesar de que se ha avanzado desde los aportes del feminismo y desde la teoría social crítica, lo que se vive es al niño ligado al grupo por los lazos de sangre. Esa alusión a las familias “bien o mal constituidas”, forman parte de las expresiones corrientes, y queda sujeto al modelo de familia nuclear (una pareja con o sin hijos).
Faltaría hacer un diagnóstico del por qué cambiaron las familias, por qué las familias están en crisis. 

Entonces, una segunda aclaración viene del lado de los cambios, en qué cambiaron las familias, y por qué. La sociología y la antropología contribuyen a entender con precisión cuáles son dichos cambios.
Ante la imagen de la familia en pura transformación, es importante también advertir las persistencias. En nuestra región siguen mayoritariamente el modelo de familia nuclear. Y así limitamos nuestra visión de la familia. Parece como la visión de la familia normal o mejor. Y esto es errado.

Familia es un término polisémico, etimológicamente viene de famulus = el servidor. Así, en un primer momento se describe desde el lugar del patrón y sus esclavos, y luego se relaciona con el lazo de sangre.
Entonces, ¿qué significa desnaturalizar la familia? Analizar el modelo nuclear como modelo natural. El modelo de Europa es nuestro modelo guía, pero antropológicos desmontaron tempranamente la universalidad del modelo. Yendo hondamente a la cuestión de la sangre, tan internalizada en nosotros, los latinos, con modelos patriarcales. La designación de uno u otro lazo, de la madre o del padre, destierra esto de la conformación de la familia sólo por el vínculo de sangre. De una vez y para siempre, en tema de parentesco, hay que entender que no alcanza solo con el dato de co-sanguinidad.

Como segunda arista de la ponencia, plantea otra cuestión. Si las familias son otras porque se comportan de manera distinta, ¿de qué manera las evaluamos en el modo en que se comportan en la participación de las instituciones escolares? Si decimos generalmente que no están, no se ocupan, están ausentes. Debemos entender las presencias, acompañamientos, participación, ausencias, desde otro lugar entonces, en instancias que no decide la escuela. Al pensar en este grado de participación, tenemos que pensarlo ligado a desnaturalizar las prácticas sociales y los requerimientos. Entonces, debemos contextualizar y pensar los parámetros que requiere la escuela para los aprendizajes de los chicos.
¿Hoy con quiénes nos encontramos cuando hablamos de familias? Nos encontramos con grupos familiares, con formas de vida y estilos de vida determinadas, que a veces no se condicen con lo que esperamos los educadores, y así y todo son válidas. Hay aveces, miradas estigmatizantes que debemos dejar de lado, teniendo en cuenta determinados contextos familiares de los niños.

Entramos así en un terreno de mayor controversia, cuando entramos al mundo del entorno de los niños… el terreno de la diversidad, de la desigualdad de condiciones sociales, en el que no todas las familias cobran el mismo status. Hay una premisa que sitúa a la familia como condición de un éxito en el aprendizaje escolar => familia = condición.
Nosotros como educadores nos situamos en un momento muy crucial como lo son las experiencias tempranas en los primeros años de vida, que influyen en el desarrollo de la personalidad del sujeto.
En un marco de divulgación de algunas líneas de las neurociencias, que se destacan en su neurocentrismo, vuelven una y otra vez a recaer en una adecuada o no formación, en las familias. En los manuales sobre las buenas prácticas y el comienzo, se vuelve a algunas cuestiones de índole moral, del cómo se debe, parámetros arraigados para determinadas familias y no necesariamente universales, como por ejemplo: como tiene que acontecer la comensalidad, el “buen comer”. Y pensamos aquí en un niño “bien cuidado”, persiste el concepto de socialización. Es necesario desterrar esto de la primera y segunda socialización, por un lado, porque piensa una secuencia que determina a priori quiénes son los actores que se tienen que encargar. Los niños transitan múltiples espacios en el mundo en el que vivimos hoy, entonces esta socialización esta multisituada y tiene múltiples actores. Aquí se omite por completo el carácter protagónico que tiene los niños y las niñas en este proceso. Y los manuales que dicen el cómo hacerlo, omiten los recursos materiales con los que cuentan las familias para llevarla a cabo.
Entonces la socialización no puede omitir a este niño como principal actor, y tampoco debe instalarse en la idea de que el grupo de pertenencia de los chicos tiene particularidades y pautas propias.
Se marcan muchas veces las formas correctas de ser familia, se rankean en familias capacitadas y no capacitadas, las familias deseables y las que efectivamente se acercan al jardín. Entonces, pensando en el aporte que viene a hacer aquí la profesional, desde la concepción antropológica, debemos pensar la familia como un dato de la actualidad. Debemos desmontar la idea que el encuentro es entre familia y escuela, sino que es entre hombres y mujeres.

Si tenemos un desafío, tiene que ver siempre con lograr complejizar los repertorios culturales de los niños, pero nunca teniendo en cuenta que no hay del otro lado un vacío, sino que lo que tenemos son conjuntos de adultos ligados a niños desde la sangre o no, que están presentes y en ocasiones están ausentes, con quienes nos ponemos en diálogo, como partes de una sociedad con la complejidad actual y con los que nos relacionamos como educadores.


“Tensiones y oportunidades en la relación entre familias y nivel inicial” (Isabelino Siede)
En esta parte de la ponencia se trabajó la relación entre familias y escuelas en un contexto bastante particular. En el inicio de este año los educadores hemos sido bastante golpeados y ha estado bajo sospecha la tarea de la escuela. Isabellino cree que esto tiñe una parte de los problemas que atravesamos hoy en esta relación que pretendemos analizar. Y para los educadores, viene siendo un año muy duro.Además de la transformación de este vínculo, está en transformación también la relación entre el individuo y el Estado.

Desde adentro, tenemos que pensar qué nos pasa a los docentes cuando pensamos la relación familia-escuela. En general tenemos una representación que hubo una época en que las familias funcionaban de manera armónica y fluida, y en que las familias y las escuelas se llevaban de maravillas, se llevaba a cabo de una manera “tanguera”. Cuando analizamos un poco la historia, nos damos cuenta que eso es una mera fantasía, y vemos que las familias han sido cambiantes, por ejemplo en el siglo XIX, o en las primeras décadas del siglo XX.

Por otro lado, si analizamos los textos pedagógicos que hablan de esta relación, pareciera que hay cierta alianza. Pero cuando acercamos la lupa, vemos que ha sido mucho más ardua y conflictiva de lo que uno supone.
El expositor explica aquí su posición en torno a 3 cuestiones:
  - Modelos guiados de relación. Analizando los textos clásicos de Froebel, Pestalozzi, Montessori. Encontramos que lo que tendría que hacer la maestra en el jardín es más o menos lo mismo que lo que hace la mamá en el hogar, y viceversa. Se trata de una escasísima diferenciación de roles, y perdura esta imagen de contigüidad y continuidad. Al ver esto en nuestro país a través de los textos de Sarmiento y Juana Manso, esto es totalmente distinto. A este modelo lo podemos llamar de ruptura y reemplazo, porque las familias educaban mal, y entonces debíamos sacarlos de allí. Aquí tampoco hay entonces, una articulación entre ambos ámbitos.
Esta preocupación por articularlos aparece en el siglo XX, cuando se plantea el problema de las familias. En Argentina, recién en los años 70, empiezan a aparecer textos que hablan de esta relación. Entonces al plantear hoy este problema, estamos desarrollando algo que no está del todo desarrollado en la pedagogía del nivel,efectivamente hay que analizarlo.
   - Situaciones concretas que permiten obtener elementos para analizar este vínculo. Aquellas donde hay que tomar decisiones, nos brindan elementos para analizar, y no recetas del cómo actuar. Pensar entonces qué nos dicen esas escenas, las cuales retoma en uno de sus libros, y comienza a leernos 3 de ellas.No debemos generalizar todo a “laS familiaS”, por esas pocas con las que tenemos alguna dificultad.
    - Tensiones y desafíos de la actualidad en la relación, en torno a:
  • la confianza: expectativa positiva frente a las acciones del otro, cómo espero que el otro se comporte, la capacidad ética del otro. Esta confianza ciega en el otro es poco racional. Entonces al pedirle a los padres que confíen desde el primer día en la escuela, esto también es difícil. Tenemos un exceso de demanda, ¿por qué ellos tienen que confiar ciegamente en el jardín? A veces ocurre que un pequeño indicio que no nos gustó, nos lleva a la desconfianza sistemática, otro extremo. Y hay un tercer momento, de confianza intermedia, en el cual yo aún no confío en el otro porque no tengo los elementos necesarios. En este terreno nos deberíamos posicionar, es nuestra oportunidad o desafío, para ir construyendo la confianza entre ambas partes de a poco, darnos el permiso de no confiar, muy distinto de desconfiar.
  • La autoridad: se refiere a la capacidad técnica del otro, de llevar adelante las tareas del cual es responsable. Muchas veces hay una autoridad bajo sospecha desde las familias hacia la escuela, y a la inversa. Esto ocurre porque en el mundo actual no es que hay ausencia de autoridad, sino que existen múltiples autoridades, entonces están todas las autoridades bajo sospecha. En todas las escuelas hay autoridades, que se van construyendo a partir de lo que hacen.
  • La legitimidad: antes el trabajo de la escuela se había instalado en el construir una moral estable. Luego, a partir de los movimientos sociales empezamos a construir la posibilidad de pertenecer al mismo país aunque tengamos diferentes creencias, religión, valores. Hay que respetar la legitimidad del trabajo de la escuela y del hogar, y damos lugar a las acciones de ambos actores sociales, y así trabajamos la diversidad. Pero ojo, no toda diversidad es legítima, frente a las cuáles la escuela debe estar alerta si se violentan los derechos de los chicos.
Por una cuestión de tiempo, el expositor no pudo desarrollar las tensiones de comunicación y cooperación, de la cuáles sí habla en sus libros, y nos invita a leer allí.
Para concluir propone que al hablar de tensiones, estamos hablando también de oportunidades y desafíos para nosotros como educadores. Pensar en que lo que no está trabajado lo podemos trabajar, para construir un vínculo nuevo con los grupos familiares, que han cambiado. Hay que encontrar la manera de que las familias cooperen con la escuela, que de por sí hay muchas predispuestas desde un inicio; y que la escuela convoque a las familias, para trabajar juntos construyendo confianza.

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